martes, 31 de marzo de 2009

Internet en el mundo (brecha digital e internet en España)

Las cifras y estadísticas de Internet muestran gran dinamismo y un crecimiento constante en muchas partes del mundo. Otras lamentablemente muestran una muy baja tasa de penetracion, reflejo del estado de atraso y pobreza de algunos paises.

Internet es el mayor medio de comunicacion en el mundo, con una audiencia de mas de 650 millones de personas. Esto significa que uno de cada diez habitantes del planeta utiliza esta espectacular herramienta de alcance global para la cultura, la educacion a distancia, los negocios y el entretenimiento.




23 de cada 100 personas en el mundo utilizan la red, aunque los niveles de uso pasan de ser muy altos en los países ricos a extremadamente bajos en los de bajos ingresos.
En este ámbito la llamada "brecha digital" es muy clara, pues mientras los usuarios de esa tecnología en Europa y América son el 43 y el 44 por ciento de la población, respectivamente, en Asia es cerca del 15 por ciento y en África es menos del 5 por ciento.

La brecha digital, el término usado para describir la diferencia en el acceso a las nuevas tecnologías -y a internet principalmente- entre el primer y el tercer mundo, parece extenderse también a los países más desarrollados.

El principal factor diferencial es la posibilidad, o no, de acceder a fibra óptica, un sistema de conexión que determina un menor precio y una mayor velocidad para los países que decidieron modernizar sus redes.

Pese a ser uno de los países con el mayor costo de vida dentro de este grupo, Japón lleva la batuta en cuanto concierne a economía y velocidad en la conexión, ya que fue una de las naciones en adaptarse a la fibra óptica, mientras los usuarios de banda ancha gozan de una de las tarifas más bajas del primer mundo. Por su parte, Turquía posee una de los servicios de ADSL más caros.

Pero es evidente, que aquellos países del tercer mundo que no poseen recursos ni siquiera para poder comer, no pueden ni adapatarse a las conexiones ni hablar de fibra óptica, porque a veces ni siquiera poseen luz eléctrica, aún asñi es destacable el desarrollo y la viabilidad de Internet a lo largo del mundo, y su amplio futuro y posibilidades.

Refiriéndonos a España, según la encuesta 'sólo' diez millones doscientos mil españoles navegan todos los días (un 26,9% de la población mayor de 14 años), mientras que quince millones ochocientos mil lo hacen al menos una vez al mes (el 41,6% de los adultos). Algunos analistas consideran que estas cifras demuestran que Internet está empezando a tocar techo; que el crecimiento ha empezado a detenerse, y que pronto se alcanzará el máximo de penetración. En otras palabras: hay quien piensa que ha empezado el principio del fin del crecimiento. Ese análisis está equivocado.


Y no sólo porque el desequilibrio entre los sexos en el acceso a la Red haya tendido a desaparecer en los países similares; faltan un millón y medio de mujeres en la Internet española, que por sí solas elevarían la cifra a diecisiete millones trescientos mil internautas (un 45,5% de la población). El análisis regional muestra asimismo que las tres regiones más ricas de España, Baleares (48,2%), Cataluña (47,5%) y Madrid (50,6%) mantienen su tradicional ventaja, que el resto de las autonomías ha acabado siempre por alcanzar. Ralentizaciones equivalentes en el ritmo de crecimiento se han producido en el pasado, sin que la cifra haya dejado de aumentar. Y otro dato interesante: sigue creciendo el uso que hacen los internautas de la Red, y no sólo su número; el dato de quienes acceden todos los días crece más que el total de quienes utilizan la Red. Todo esto significa que a la Red le queda mucho espacio todavía hasta alcanzar ese mítico y temido techo en España. Esto no se ha terminado; apenas acaba de comenzar.

viernes, 13 de marzo de 2009

A sangre fria

Alemania vivió ayer un sangriento drama que sólo parecía estar reservado a Estados Unidos. Tim Kretschmer, un joven de apenas 17 años, accedió vestido con un traje militar negro a su antiguo colegio de Winnenden, al sur del país, y disparó indiscriminadamente en el interior de tres aulas. Diez alumnos de entre 14 y 16 años, nueve de ellos chicas, murieron a balazos. También fueron victimas tres profesoras y otro adulto y dejó a ocho escolares heridos dentro del recinto.
La masacre culminó con un segundo tiroteo, que tuvo lugar en la localidad de Wendlinger, ubicada a 40 kilómetros del centro escolar. El adolescente llegó hasta la población en una desesperada fuga en un coche robado. La Policía logró interceptarle después de que matara a la dependienta y a un cliente de un concesionario de Volkswagen junto al que había aparcado el vehículo. Kretschmer se quitó la vida tras un intercambio de disparos con los agentes, que le hirieron en una pierna. En total, habían muerto 17 personas.
La vida de Winnenden, una pequeña ciudad ubicada a sólo 20 kilómetros al sureste de Stuttgart con 25.000 habitantes, quedó destrozada a las nueve y media de la mañana. A esa hora, cuando unos 600 alumnos del colegio Albertville, un instituto de enseñanza media, estaban en las aulas, Tim Krestchmer llegó a su ex escuela.
En pocos minutos, el joven acribilló a alumnos y profesores. La Policía de la localidad recibió la primera llamada de alerta a las 9.33 horas, pero cuando las patrullas llegaron al instituto el asesino ya había escapado.
La nueva carnicería escolar movilizó a más de un millar de agentes que pusieron en marcha un colosal dispositivo para descubrir el paradero del joven de 17 años. La escuela fue inmediatamente evacuada y la Policía acordonó el centro histórico de la ciudad ante la sospecha de que el autor de la masacre hubiera huido en esa dirección. Al mismo tiempo, se alertó por la radio local a todos los automovilistas que circulaban por la zona para que evitaran subir a sus coches a un autoestopista vestido con traje negro.
Pero Tim Kretschmer, armado con una pistola que sacó del arsenal legal de su padre, tenía otros planes. Después de matar a un transeúnte en las cercanías de un hospital psiquiátrico, el joven detuvo a un automóvil, sacó al conductor y escapó en dirección a Wendlinger hasta llegar al concesionario de Volkswagen.
Poco después del mediodía, vecinos de Wendlingen fueron testigos de un tiroteo sacado de una película. Después de matar a la dependienta y al cliente, el joven se enfrentó a la Policía, hirió a dos agentes de gravedad y tras ser herido en una pierna se suicidó.
Precedente similar
La escabechina de Winnenden despertó en la memoria del país el recuerdo de una masacre similar que ocurrió en abril de 2002 en Erfurt. Entonces, un joven de 19 años, vestido también de negro y armado con una pistola y un rifle, irrumpió en su antiguo colegio, de donde había sido expulsado, y mató a 17 personas antes de suicidarse.
Las autoridades desconocen los motivos que movieron a Kretschmer. Su padre es un rico empresario socio de un club de tiro. Durante un registro en la casa, la Policía constató que su progenitor poseía la licencia para armas. El hombre de negocios tiene 16 en su colección, pero ayer faltaba una.
Después de conocerse la dimensión de la tragedia, varios canales de televisión interrumpieron su programación. La canciller Angela Merkel expresó su «más profunda consternación» y envió sus condolencias a los familiares de las víctimas de la masacre.