miércoles, 18 de febrero de 2009

Asalto a la dictadura guineana


¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI amanezcamos con una noticia cómo esta? ¿Cómo es posible que se produzca el intento de asalto al palacio presidencial de un país en los tiempos en los que vivimos?
Así visto parecería una locura, nadie puede imaginar que una veintena de personas tratasen de irrumpir en la Moncloa o en la Casa Blanca, pero tratándose de Guinea Ecuatorial es menos complicado entender la situación.
Un país que se encuentra bajo la dictadura del general Obiang, y que contando con tan sólo medio millón de habitantes y una renta per cápita de 17.000 euros anuales, esconde una dura realidad, el 80% de la población guineana vive con menos de 200 euros mensuales, y carece de recursos sanitarios, educativos y por supuesto de una correcta infraestructura. Esto es debido a que aún siendo Guinea el máximo país exportador de petróleo de África son los miembros de la oligarquía quienes viven en la opulencia, quienes controlan los ingresos y quienes hunden poco a poco al resto de la población en la miseria. Esta situación no está denunciada por las grandes potencias mundiales, no está ni siquiera mal vista porque tienen fuertes intereses en la zona; EEUU obtiene de Guinea el 15% del crudo que necesita, y España lucha por obtener un mercado de uno 810.000 barriles diarios, por ello con amigos tan influyentes, Obiang no tiene de que preocuparse.
Y mientras en el país reina el descontrol, el Partido del Progreso trata de salir a flote desde el exilio dirigido por Severo Moto, y trata de normalizar la situación en el país, sin ningún tipo de logro significativo.
La situación, ya de por sí drámatica en el país, se ha visto más afectada todavía esta madrugada, cuando 20 rebeldes armados con Kalashnikov han tratado de asaltar el palacio presidencial, desde el propio país e incluso desde España se ha informado de que había sido realizado por miembros del Movimiento de Emancipación del Delta del Níger (MEND). Movimiento que ha establecido una guerra abierta contra las empresas petrolíferas del país. Estos lo han desmentido. Los miembros de la dictadura guineana han tratado de reflejar que no había sido un movimiento político sino un acto de delincuencia.
A mí, desde luego se me hace raro pensar que sólo una veintena de hombres traten de asaltar el palacio del presidente, aprovechando la ausencia de este sólo para robar, porque a parte de ser un acto suicida e inútil, tiene toda la pinta de una excusa vulgar para ocultar los problemas internos y la lucha contra la dictadura guineana.

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