lunes, 20 de abril de 2009

Piratas del Índico


De hace unos meses a esta parte es muy frecuente escuchar en tv historias de piratas que han dejado ya de sorprendernos. Ya no se trata del estreno de una nueva película de acción, se trata de una realidad que aún hoy en el Siglo XXI sigue existiendo y suena con fuerza en los últimos días.
Desde las costas de Somalia llegan noticias sobre secuestros de buques extranjeros casi a diario, y nos preguntamos cómo es posible que esto suceda, cómo es posible que de verdad en pleno año 2009 existan botines, recompensas y piratas, y sin embargo no exista una fuerza capaz de frenar esto.
Somalia es un país caótico, sin autoridad y sumido en la guerra desde 1991, dividido en clanes y grupos rivales, y los piratas se están viendo obligados a mantenerse en el mar, sin poder desembarcar.
Desde la caída del gobierno a principios de los años 90, flotas extranjeras comenzaron a practicar la pesca ilegal en aguas somalíes, así como vertidos tóxicos y nucleares. Los piratas decidieron proteger la costa antes que la se viera envuelta. Esta actividad comenzó a decaer tras el alzamiento de la Unión de Cortes Islámicas en 2006. Sin embargo, la piratería volvió a crecer después de que Etiopía invadiera Somalia en diciembre de ese mismo año. Y desde entonces es una constante en nuestros días.

Algunos de los piratas eran pescadores, que tan solo reclamaban por la presencia de barcos extranjeros en aguas somalíes. Debido a las ganancias que obtienen a raíz de los secuestros, los piratas han recibido el apoyo de "señores de la guerra", quienes facilitan este tipo de actividades a cambio de una parte de las ganancias. Los piratas no causan daño a las víctimas de sus secuestros para luego poder exigir algún tipo de rescate a cambio. Son jóvenes y muy pobres y ven en esta actividad la oportunidad de un futuro.
Los intentos por acabar con esta práctica se ven limitados por la barrera que significa el mar territoral de Somalia. Las persecuciones a embarcaciones piratas se ven interrumpidas cuando estas ingresan al mar territorial, ya que no existe un permiso por parte del gobierno para poder entrar.
Desde que cada vez es más frecuente el secuestro de buques europeos, las grandes potencias tratan de frenar la piratería somalí y han puesto el asunto en manos de la ONU, pero ¿realmente tiene solución? ¿realmente pueden frenar la delincuencia cuando ni siquiera el país en el que se produce se interesa por ello? Es más bien un problema de un país que es incapaz de hacer frente a los asuntos que le incumben; igual que no se movilizó con la pesaca ilegal y los vertidos, ahora no lo hará por la piratería.

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